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La chaira es un cilindro alargado, normalmente de acero, cuya superficie está estriada en forma longitudinal; al deslizar la hoja de un cuchillo sobre esa superficie de un extremo a otro y de arriba hacia abajo se va recuperando la agudeza del corte. La superficie estriada de la chaira permite un mantener el afilado de forma rápida y efectiva.
Para usar una chaira debe colocar el borde más cercano de la hoja del cuchillo contra la parte superior de la chaira formado un ángulo agudo (unos 20º) y pasar repetidamente la hoja hacia abajo en diagonal, mientras la chaira se mantiene inmóvil. Lo correcto es alternar las pasadas del filo por cada lado para conseguir un afilado simétrico en ambas caras de cuchillo. Compruebe la nitidez del filo y repita las veces que crea necesario.
El mango de la chaira de Lacor está pensado para permitir una sujeción firme y afilar de forma segura cualquier cuchillo, es antideslizante y se adapta perfectamente a la mano.
El uso de las chairas frente a otros tipos de afiladores tiene varias ventajas: su gran duración, ya que se fabrican con materiales de escaso desgaste; no necesitan mantenimiento; no tienen filo, evitan cualquier riesgo de corte; y son instrumentos pequeños, que pueden guardarse en cualquier cajón. Para muchos profesionales es una herramienta imprescindible, no solo en hostelería: siempre verá una chaira a mano en cualquier carnicería, jamonería...
Recuerde que para que un cuchillo cumpla con su función de forma precisa y segura es imprescindible mantenerlo siempre bien afilado. La diferencia entre usar un cuchillo bien afilado y otro que no lo esté no se notará solo en el resultado y presentación de lo que estemos preparando: un cuchillo bien afilado es más seguro porque los cortes serán precisos y se realizarán sin esfuerzo; un cuchillo mal afilado obligará a hacer más fuerza para cortar y a hacerlo con menor control, será más fácil tener un accidente y ocasionar daños al usuario o la superficie sobre la que se corte.
Si además de mantener su filo en buenas condiciones limpia sus cuchillos de cocina con agua caliente y jabón neutro, los seca inmediatamente con un paño y los almacena correctamente aumentará su vida útil y obtendrá todo su rendimiento a la inversión que haya hecho en esas piezas. Recuerde que es preferible guardar los cuchillos en un taco de madera o sobre una regleta imantada: prolongará la duración de su filo evitando que se rocen entre ellos o con otros cubiertos dentro de un cajón, y evitará el riesgo de cortarse al introducir la mano.